Así es, 20 años de la impresionante y divertida serie de la familía amarilla. Impresionante por que sorprende aún su mordacidad, sus alcances, su crítica social, la cantidad de cosas y manías que enumeran y que resultan tan familiares y tan cercanas a nuestra cultura. Además una serie tan longeva de animación-no precisamente "blandita" o ñoña- que sigue siendo exitosa tiene que ser impresionante en números y en episodios. Pero sobre todo hay un elemento clásico que define a la serie: es divertida.
El episodio 500 contó como invitado con el australiano Julian 
Assange, fundador de Wikileaks, la web que realizó la mayor revelación 
de documentos reservados de la historia de Estados Unidos y que podría 
ser procesado por el Gobierno estadounidense.
En un ejemplo de la vigencia de esta serie, que ha repasado en su 
larga historia con sutileza y humor la caída de la Unión Soviética o la 
Guerra de Irak, Assange, que dobló a su propio personaje animado desde 
una localización secreta, dialoga con Marge y Homer.
Marge pregunta sobre una receta de cocina a Assange durante una 
barbacoa. "I never reveal my sauces" (salsas), dice Assange. Un juego de
 palabras en inglés con la frase "Nunca revelo mis fuentes" (sources).
En "At Long Last Leave"-nombre del episodio- los 
Simpsons son expulsados de Springfield por sus vecinos a un asentamiento
 a las afueras, lo que les lleva a vivir como parias y les permite 
conocer al controvertido Assange.
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