Es viernes trece, día que es sinónimo del legendario asesino que nunca muere, Jason Voorhees de la saga Friday the 13th -que hasta hoy sumaba once episodios-, incluyendo el primero, estrenado en 1980 y que no contaba con él en ninguna de sus escenas —la estrella de la función era su madre—; y Freddy vs. Jason (2003), que lo reunía con Freddy Krueger, la temible estrella de la saga Nightmare on Elm Street. Y, no olvidar -aunque muchos lo intenten- "Jason X" (01) una delirante visón espacial de un Jason "mutante" en pleno viaje en una nave carguera (a la "Alien").
Siguiendo la tendencía de visitar de nuevo producciones de terror ya clásicas de los 70 y 80 —y que ha contado con aciertos como The Hills Have Eyes, Dawn of the Dead o The Texas Chainsaw Massacre, y fiascos como The Amityville Horror o The Hitcher—, ahora le toca el turno a Friday the 13th que,así que no por casualidad, se estrena hoy, viernes 13.
Esta nueva versión, que se presenta como un remake del original, es, en realidad, una nueva aproximación al personaje de Voorhees y poco tiene que ver con la primera parte; es más, en el prólogo los guionistas resumen Friday the 13th y Friday the 13th Part 2 (1981), para inmediatamente después dar paso a una historia original.
Claro que decir "original" es un eufemismo: este nuevo Friday the 13th reincide en los tópicos habituales del género y que presenta varias reglas a seguir: si alguién esta fajando cerca de la hogera o en la cabaña, muere; si un personaje esta distraido por unos momentos, por andar fumando motita, muere; si se pertenece a un grupo étnico que no es el caucásico, las probabilidades de sobrevivir son más bien pocas; si estas nadando con tu chica en el lago, desnudos, muerte.
Es como lo advierte Alice Cooper en su canción dedicada a Jason:
"Oh, but he's back
He's the man behind the mask
And he's out of control"
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