El Muro.

Ahora todo mundo recuerda la caída del muro de Berlín -dado el aniversario número veinte de dicho acontecimiento-. Reportajes, y más reportajes sobre este hecho -casi todos redundantes-, inundan los medios. Algunos textos son meramente anecdóticos, no nos dicen mucho acerca de lo que simboliza el fenómeno; otros son compendios de los hechos "duros", una visión que no deja de ser parcial y plana, ya que no nos hablan de las contradicciones, de los personajes, de la verdadera opresión y la división a la que la gente de Berlín se vio sometida.

Hoy no aparecen culpables en la mayoría de dichas notas, solo datos; no hay “nombres” –por que el hecho es demasiado vergonzoso, porque es mejor olvidar y seguir adelante-.

Lo que no deja de ser curioso –o amargo- es que nadie habla sobre el muro que E.U. construyó en su frontera con México; de la ola de racismo, y las campañas de continuo el desprecio hacia los mexicanos; de la hipocresía de los políticos –de ambos países- y los medios que les son afines; de la ignominia que representa ese muro separatista y fascista. Un muro, hoy, frente a nosotros.