sábado, 20 de septiembre de 2008

Carcass en México.




Gran concierto; sin duda de lo mejor del año.

Y es que se trata de Carcass.

-¡Despierta y huele el cadaver! -llegando a la plancha de autopsias-.

Muchos llevábamos esperando que esto pasara desde hace más de dieciséis años.
Bueno,la verdad es que yo a estas alturas ya no esperaba nada de Carcass, quedaban en mi altar de bandas favoritas ya inexistentes, perdidas en los noventas; su reunión fue sorprendente, y fue un acto de justicia que tocaran en México.

A diferencia de otras tocadas de metal, esta comenzó muy temprano; no hubo bandas abridoras –la gente a lo que iba, a ver a Carcass y ya; y de paso los organizadores se ahorran lana y logística.

Entonces lo correcto era dejar entrar a la gente horas antes de evento, sin embargo era tal la cantidad de personas que la entrada fue muy lenta. El lugar a rebozar-Circo Volador- confirmaba que estábamos ante algo único.

-"Impropagation"

Ya cuando mis camaradas y yo por fin pudimos entrar al lugar, estaba sonando “Impropagation”. Ver hacía el escenario, era ver lo que alguna vez fue inconcebible -por las circunstancias por las que atravesó la banda en su corta y fructífera carrera-.

No era un "sueño enterrado", era la cruda y sorpresiva -a veces absurda- realidad: de verdad Carcass estaba ahí enfrente.
Jeff Walker preguntó “¿Alguno de ustedes estuvieron cuando tocamos aquí -en México df- en el 92”? -Muchos solo gritaron por que era la primera vez que un poco comunicativo Jeff se dirigía al público; otros, que pudieron entender lo que preguntó ( y casi con lagrimas en los ojos -jaja-) hicieron memoria; ya habían pasado muchos años desde que el “fiambre” Inglés tocaba en suelo mexicano. “Es como Woodstock, si lo puedes recordar es que en realidad no estuviste ahí" contestó Walker haciendo gala de su humor. Y quienes comprendieron esto sonrieron; de golpe se borraba el nebuloso pasado, ya no tenía caso el esfuerzo de memoria, y rieron por lo bajo, por que no había bronca si no te acuerdas muy bien, estabas muy chavo, muy pedo, o simplemente la memoria a "largo plazo" falla; o si ni siquiera estuviste ahí. Ya habían pasado muchos pinches años desde el 92.

En el lugar deambulaban chavos de todas las edades -aunque el metalero más veterano no comprenda bien por que hay chavos que adoptan el Metal en estas épocas-,simples chamacos (y "el Chamaco" de Lust también -saludos-), con quince, dieciséis años, que estaban ahí, emocionados; que veían a una banda que nació cuando ellos nacieron- y que todavía rifa.
-Público conocedor al fin y al cabo-.

-Apesta a Putrefacción. -Podrido desde el hueso-

Vaya que han pasado cosas desde esa fecha legendaria.
El Death Metal saturó la escena metalica durante una buena parte de los 90´s.
Mucho de esto gracias a nombres como Carcass, quién moldeo con éxito la pesadez del metal más extremo de finales de los 80´s a su propio estilo (cacofónico death/grind de temáticas psicopatológicas, o del “Grind-core” como muchos le llamaban en la época.), quienes por añadidura eran poseedores de una calidad musical que los apartaba de resto (si, aunque sus primeras grabaciones fueran pobres en producción, este mismo hecho -"incidente"- daba la impresión de ser un recurso más, que formaba parte del aura de los ingleses; mismos que declaraban para mayor “shock” que eran vegetarianos, hippies-tranquilos y politizados. Así que la producción “cruda” y viciada representaba cierto complemento con las temáticas y la imagen de esta banda de “extrema”, “descuidada”-a veces a propósito, siempre jugando con su estetica de una forma irónica y burlona- .

Si mucha de esta “música extrema” hasta entonces apelaba compulsivamente a símbolos como la muerte, ¿qué hay mas “extremo y tétrico” que el crudo rostro de la muerte humana, de la corrupción del cuerpo, de su descomposición física, con todo y su sangre coagulada, sus purulencias, su livideces cadavéricas de colores marrón, de cajas torácicas abiertas dejando ver su contenido? Nada de sutilezas o de “metáforas”: la “muerte cara a cara” ¿quien dijo Death y quien dijo Metal?.

Como lo hicieran otros actos tales como Napalm Death, Death, o Morbid Angel, Carcass perfeccionarían su vena Death Metal a lo largo que se sucedían sus grabaciones. El DM, un genero “identificable”,y por lo menos hasta ese momento perfectamente definido, que a “patadas y guitarrazos” entraba al juego del metal extremo. Las bandas iban saliendo como hordas desde “el subterráneo” como si su única finalidad fuera borrar todos los “records”: las bandas mas rápidas, más fuertes, más “extremas” (lo entrecomillo, por que en cuanto a música metálica, esta palabra ya ha perdido la validez y el significado de antaño, donde ser el más “extremo” era el listón a cortar en cuanto a esta música se refiere).

"¿No que muy pinche extremo? !Lleguele a la carnita podrida pinche putito! Y al ruido loco, que ni tu le entiendes no te hagas pendejo."

Y bandas como Carcass estuvieron ahí, en esa “eclosión”, liderando una “nueva” forma de abordar temáticas “gore” en este tipo de música; siendo primero, tan solo un “tumor”, una protuberancia cancerigena que se desprendía de los seminales y legendarios Napalm Death.
Cuando Steer entró a Napalm Death, ya era conocido que seguiría en activo con su banda Dissatack -gracías a entrevistas en Fanzines de la época-. Dissatack eran "los proto-Carcass" ya habían grabado y se movían por la escena; Steer la formó junto con el baterista Ken Owen, y pretendía seguir con su proyecto original, y de ser posible radicalisarlo, al margen de los Napalm.
Ya formalmente en Napalm Death, Steer(quién sustituyó al inestable guitarrista Justin Boadrick) se dio a la tarea de reclutar gente para su banda primigenia, por lo cual se anexó como vocalista/bajista a Jeff Walker, procedente de la bizarra agrupación Electro Hippies, y ya bien plantados en esta "nueva onda", pronto se lanzó su debut “Reek of Putrefaction”, donde Walker y Steer compartían vocales al mas puro estilo "Noise-Core" de unos Extreme Noise Terror; pero había más, mucho más en esta banda.
Era el nacimiento de este engendro, de una agrupación "musical" -ya entonces Napalm Death y sus compadres habían declarado "el fín de la música como la conocemos-.
Nacía una joven banda, con "cartas credenciales", que celebraba lo extremo de lo extremo, el colmo del mal gusto y los excesos por el simple hecho de ser excesivos: Carcass.

-Symposium de enfermedades-

En aquella época Napalm Death había ya sorprendido a propios y extraños; y ahora lideraban un “nuevo movimiento”, uno que fusionó tanto a seguidores del Metal más extremo en los ochentas: Death Metal brutal y lacerante, Thrash violento y “rápido”, junto con la efervescencia propia del movimiento Hardcore -y sus enardecidas y -a veces- politizadas huestes-; genero,este último, que llevaba ya un par de años siendo "estirado" hasta los limites de su propia anarquía y radicalización- dando como resultado el llamado "Crustcore"- la "variante" más cruda , politizada y ruidosa del Hardcore. Además de la aceptación por parte de un amplio público del llamado "Crossover" -definitivo-(Metal meets Hardcore), o el Thrash-core.
Todos estos elmentos dieron como resultado un “menjurje” metalico y ruidoso bautizado como “Grind-core”; que después fue hasta cierto punto absorbido, por lo menos “comercialmente”, por el propio Death Metal (su decadencía anárquica, su pus y su infección -la última vomitada del Hardcore-punk-; en lo músical, el "blast-beat" omnipresente, con tarolas agudas, mal afinadas a veces, y sus bombos demoledores que eran llevados hasta la exageración, las guitarras afinadas de tal forma que sonaran como un ente ruidoso, una amalgama de sonidos casi ininteligibles y lacerantes, una masa amorfa y sub-subsónica, las voces escandalosas, chillonas -grito-, y bajas y cavernosas;incluso dicen los estudiosos, el mismisimo "growl"(voz gutural) viene de bandas extremas de Crust y hardcore.
Sin embargo este movimiento que el llamado "Grindcore" englobaba siguió con los años, permaneciendo de alguna forma en el "squad"-en el terreno- del Crust y el Anarcho-punk Ingles y en el Hardcore-DM-Grind americano. Paralelamente continuó con su faceta menos comercial (anti-comercial)y punky -crusty- como una escena y un estilo caracteristico en Inglaterra y en los Estados Unidos-aunque también existen muy buenas bandas francesas de Noise-core/Grind-core, italianas, suecas, brasileñas y hasta asiaticas: japonesas, de Singapur o Indonesia-.
-La pura locura, y el puro pinche ruido anti-corporativo-.

Hasta ese momento, Carcass emergía como la “new shit”, como esa banda bizarra y ruidosa que lo llevó todo un poco más allá, con cinismo y sanas dosis de humor negrisimo y “carcassiano”.

Y vaya que los "alumnos" llegaron a poner todo "patas arriba"; habían colocado la bandera muy alto, superando en caos al propio –Papá- Napalm Death. Entonces ya se hablaba de términos tales como “Death-gore”, Death-grind, Gore-grind, o simplemente como "Grind-core"; aunque ahora engloban otros sub-géneros más especificos-; aquí con temáticas acerca de las enfermedades, patologías y descomposición-, todas estas "etiquetas" adjudicadas a los sorprendentes y torcidos genios de Carcass.

La banda fue reconocida como una de las que llevó a sus limites la postura de querer empatar “sonido extremo” con “imagen y temas extremos”, elementos de buen/mal gusto, con cierta originalidad, y un oportuno concepto característico -algo casi personal hasta ese momento, una idea que hasta la fecha resulta "clara" e inspiradora, tan simple como genial-. Los padres del death/gore/grind.

Nacía una nueva, repugnante y delirante cara del metal extremo -con toda la diversión que esto conlleva-(y cierta saturación de bandas genericas y aburridas; pero eso pasa en todo movimiento).

El terreno ya estaba listo, y Carcass supo ser uno de los actos más innovadores y con una propuesta interesante dentro de la escena Death Metal/Grind-Core inglesa. Así, a lo largo de su carrera cosechaban éxitos y logros.

Con obras capitales como "Necrotism: Descanting the insalubrous”del 91, y en el 94 con "Heartwork", ya habían trascendido su “genero”, y demostraban que Carcass era ante todo un grupo de música intensa e inspirada, una mezcla que llamó la atención tanto de neófitos como de headbangers adictos ya a los actos “duros” y poco complacientes.

En aquella época bandas como Metallica, Pantera, Megadeth, Slayer y Sepultura ponían el metal entre los géneros más exitosos del momento. Pero cuando los “conocedores” hablaban de bandas promesa, "de avanzada", con música rompedora, hablaban de Carcass -eran la esperanza de muchos-. Ante cosas como Pearl Jam o Nirvana arrasando el mundo, muchos se dieron cuenta que unos ingleses con huevos rockeaban más que nadie, que incluso se asomaban afuera del ghetto metalico, ¿quién se les iba a poner enfrente?

Pronto iban en ascenso, eran reconocidos, y apoyados por hordas; pero algunos tropiesos en su nueva orientación -con el controversial disco "Swansong" ademàs de otras decisiones desafortunadas en estos periodos de confusión dieron al traste con la carrera de la banda. Algo había cambiado en el camino, y siendo ta conscientes
,coherentes y auto-criticos, los miembros de Carcass optaron por poner fín a la leyenda del underground.
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-Continua pudriendote en un mundo libre-

Y ahora estaban ahí, frente a sus fans mexicanos que nunca los olvidamos,sobre ese escenario, en su esplendor sónico, lacerante, masivo, demoledor. Estaban por fin de vuelta al mundo, en calidad de gloriosos "muertos-vivos", de “no-muertos”-. Estaban en México, frente a hordas de gente siempre fieles y deseosos de mas carne y tripas; con la fría, lluviosa, y caótica ciudad ahí afuera. Esto, en definitiva, no era producto de alucinación alguna.

El primer golpe: “Impropagation” nos situaba en el lugar de lo hechos -el intro perfecto dentro de un disco “perfecto”, como lo es "Necrotisism", demostró esta vez servir también como un gran inicio para el concierto-.

Luego, los riffs mortales de “Buried Dreams” cayeron como plomo sólido (aquella joya ominosa del influyente y celebrado disco “Heartwork”).

La infecciosa “Corporal Jigsore Quandary” fue la siguiente pieza ofrecida por esta maquinaría de destazar.

Aquello sonaba a gloría, a los días en que esta música ponía a mover miles de cabezas a un ritmo frenético.

“Carnal Forge” “Incarnated Solvent Abuse”, “No Love Lost”, “This Mortal Coil” sonaban una tras otra de forma contundente, solo entrelazadas por “outros e intros” propios de una conferencia en anfiteatro mientras se lleva a cabo una autopsia, una disección de todas la etapas de la vida Carcassiana.

-“Edge of Darkness”-

Interrumpidamente, detrás de las siluetas ruidosas y “semi-legendarias” (jaja- Jeff Walker hizo uso del el termino en esta reunión), una “fría” pantalla mostraban imágenes que constituían el acompañamiento perfecto para la precisa y directa música, pura imaginería carcassica: cadáveres, cruentas guerras y sus victimas, símbolos religiosos estilizados, siendo expuestos como los “logotipos” de ideologías corruptas, en descomposición, siendo cuestionados.

Llegaba el momento en que el ambiente ya “olía a putrefacción”, era hora de los más viejos clásicos ¿Alguien dijo vísceras y carne?: “Reek of Putrefacction”, “Pyosisified (rotten to the gore”), la hipnótica pieza instrumental “Genital Grinder”, que sirvió de perfecto “intro” de su clásico primer disco del 89. Una maravilla de segmento, donde los nostálgicos por el hedor picante del death/grind primigenio podían poner sus narices frente a los forences musicales por excelencia.

“Death Certificate” nos confirmaba la grandeza de aquellos que en vida se nombraban “Carcass/ el cadáver, la carcasa, “lo que ya no tiene vida”, “lo que pronto se pudre”, la banda más pasada de vueltas y talentosa que había por ahí.
El público vitoreaba a sus héroes de la enfermedad y lo pútrido, se rendían a sus pies, a pesar de estar cansados y crudos (era 16 de Septiembre), sudorosos rodeados de adeptos que venían de todos lados.

Todos estabamos extáticos, concientes de que solo por unos simples momentos veriamos este fenomeno que debía apreciarse sin perder detalle, donde el cadáver estaba frente a nosotros, abierto en canal; y ese acto era de lo mas fascinante que se había visto en mucho tiempo; en parte, como decía a principio, era un poco difícil racionalizar lo que pasaba, el shock era mucho: Jeff Walter al frente, su voz característica, su rugido enfermo y cínico, de perro rabioso. A su lado dos leyendas de la guitarra por derecho propio: a la izquierda, el zumbido de sierra calibrado para cortar huesos y carne que generaba -con una facilidad aparente- la guitarra del “semi-legendario” Bill Steer (así bautizado por su compa Jeff Walker, no sin ironía; pues por circunstancias, casi le quitaban el reconocimiento que merece por su genio y su maestría guitarrera)… Y del otro lado los riffs monolíticos y efectivos del genio sueco Mike Ammot.

"Exhume to Consume".

-“La muerte es apenas el comienzo”…- y terminaban su sangrienta labor con trallazos como “Exhume to Consume”, y con la demoledora y frenética “Heartwork” para cerrar el cadáver cosiendo el tórax con seguridad y prestancia, como grandes expertos.

Solo algunos episodios, flashes de luz blanca sobre la plancha/escenario nos devolvían a la realidad: Juan Brujo saliendo a gritar antes del encore (en los bises finales), o la luces del recinto encendidas mientras la pantalla –antes mencionada- en el escenario seguia transmitiendo el proceso de autopsia de un cadáver humano que apenas minutos antes fuera fresco y vital.

La gente salía de la autopsia con la satisfacción de haber presenciado una conferencia magistral, de la mano de "eminencias en putrefacción".

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