El caso del Sr. Nepomuceno refleja el doble filo de la violencia social de Estado. Por un lado son los propios polícias federales quienes atacan y desaparecen-probablemente asesinado- al hijo de Nepomuceno; posteriormente criminalizan a la víctima para justificar su falta, y no conformes criminalizan a su otro hijo -aún vivo- como una forma de presión, además de amenazar a la familía de ya no seguir por la vía legal con la busqueda del hijo desaparecido, de callarse, de dejar de "hacer olas", o atenerse a las consecuencía. El Sr. Nepomuceno Moreno Nuñes con toda dignidad y sabedor que la razón lo acompañaba continuó con su busqueda por la justicía. Sumandose incluso al movimiento por la paz con justicía y dignidad encabezado por Javier Sicilia. Encontrando un poco de eco en otras víctimas, y en personas preocupadas por la situación del país, dado que las autoridades-de todos los niveles- hacían oídos sordos.
El "doble filo" al que me refiero es que el mismo poder público legalmente constituido, en sus premisas erróneas y en sus fallos de impartición de justicía, promueve la impunidad, genera una inercia de violencía donde la vida de tus hijos y tu seguridad "no valen nada"; donde el fenómeno del narcotrafico no es una consecuencia de diversas problematicas, sino el "único problema"-como si este hubiese surgido espontaneamente- que hay que combatir con toda violencia sin importar las victimas civiles y los abusos de autoridad. Y , cuando alguién apoyado en las leyes denuncia estos abusos, no se le escucha, no se le toma en cuenta y no se le da ninguna solución. De esta forma, otros poderes fácticos y la criminalidad-el supuesto problema que se esta combatiendo- al ver los errores-y los abusos- de "los buenos" continuá haciendo a su antojo, casi con la complicidad de las omisiones de la autoridad.
Sin darle muchas vueltas al asunto, resulta que es el mismo Estado el que escamotea y regentea conceptos como la "seguridad" -"vendiendola" cual mafiosos ofreciendo protección- y la impartición de justicía, que ahora, de facto, pasa de ser una garantía a un lujo.
Cuantos casos como el de Nepomuceno Moreno y su familia tenemos que ver, donde las víctimas de la violencia de Estado-supuestamente justificada- además de su perdida tienen que hacer frente a un terrible mecanismo legal que no les resuelve nada, y que los deja a su suerte. El mensaje es claro:el Sr. Nepomuceno fue asesinado por el mismo mecanismo de estado que asesinó a su hijo.Y el gobierno no se hace cargo; no se hace responsable¿de que sirvió que Nepomuceno hablara-por unos segundos- frente a Calderón expresandole que vivía amenazado por la polícia federal en su Estado. Si se le dejó a su suerte?
El mensaje parece ser: yo-Estado Calderonista- criminalizo, promuevo la escalada de violencía justificando lo injustificable, no escuchó las quejas ni movilizo el aparato legal-¿para que? ¿para me peguen a mi? Y dejo a su trágica suerte a los quejosos. Y lo que parece confirmar esto, es el hecho de que, a un año de que termine este sexenio, se continué con las políticas que demostraron ser fallidas desde el principio; pero eso si, repitiendo la propaganda hasta el fínal-si no, no sería propaganda-como un "capitancito" que esta dispuesto a hundirse con su barco-su discurso-. Como diciendo "ya ni se quejen; ya vieron que eso no sirve".
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