En Chile, el mundo aplaude un valiente rescate; en México, el gobierno declara muertos a todos los mineros enterrados, cancela cualquier intención de rescate, no indemniza a las familias, queda al descubierto una gorda red de corrupción en el gremio, y el "lider" del sindicato huye a Canada donde se da vida de Rey a costa del sacrificio de cientos de obreros desprotegidos e hiper-explotados; y a la fecha las autoridades se niegan burocraticamente a desenterrar los cuerpos, mandando un mensaje a las familias afectadas: "mejor ni le muevan".
¿O que, ya se nos olvidó?
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