sábado, 30 de noviembre de 2013

La ilusión de la libre opinión y de los medios sin censura.

En una ocasión, en una conferencia universitaria sobre ciencias de la comunicación, una analista española nos advirtió que el gran problema de México era el monopolio que la empresa Televisa imponía. Siempre oíamos hablar de eso, como estudiantes mexicanos crecimos con aquello de "Televisa te idiotiza"; de tanto escucharlo lo situábamos como una más de las consignas de la izquierda mexicana (actualmente, acentuada por el movimiento"Yo soy 132", la SNTE, MORENA, etc.); pero que lo dijera una experta extranjera nos pareció algo exagerado. ¿Que sabia ella de vivir en México realmente? ¿Y que tal la calidad de la televisión española? Era tal vez la peor televisión que muchos habíamos visto. Pero el punto en realidad era que ella veía la situación como un agente externo: recién llegaba al país y le sorprendía la influencia que ejercía dicha televisora. Nosotros, tal vez "vacunados" y acostumbrados al monopolio, no mediamos la magnitud de esa influencia. Para nosotros-universitarios- solo se trataba de programas vacuos de entretenimiento: con formatos monotemáticos, de calidad pobre-a pesar de su producción, o su uso de tecnología de punta-, dirigida a un sector determinado de la sociedad. Coincidíamos en que la especialista tenía cierta razón, pero que descubría el hilo negro; y que en realidad no era para tanto. No era la gran conspiración que ella planteaba. ¿Todos los problemas de un país se podían achacar a una cadena de televisión anquilosada y fachosa?

Siempre escuchamos decir que los medios de comunicación son maniqueos; que en la forma en como se aborda un tema en los medios se comprende para quién están funcionando; es decir: la información pretenderá ser imparcial, incluso buscar objetividad, pero al ser "capturada" por un medio, la información en cuestión ya esta sesgada, desprovista de un contexto real en el sentido de que esa  imagen y ese sonido traspasaron un filtro técnico-el que conlleva la edición de la imagen-. El medio presenta la imagen que le interesa presentar.

Teorías al respecto hay muchas, pero por simple análisis, es posible ver quién esta detrás de un mensaje. Entonces, sin caer en "teorías de conspiración", es legitimo preguntarse: ¿Que pretende este emisor dar a entender?, y ¿para que fines da esa información? ¿Es acaso el medio una especie de "hermana de la caridad informativa" que busca solo -el ideal de- compartir la información "preciada" en una sociedad democrática?

Entonces, en esta lógica, se puede conocer bien al emisor, su postura, su perfil, sus ganancias; pero ¿que se puede decir de los receptores del mensaje? Al analizar la reacción de estos a, digamos, noticias políticas específicamente, resulta que nosotros, receptores, siempre "críticos" y aguzados-y acá en México "abusados"/listilllos- reaccionamos con cierto pasmo, con incredulidad, con sarcasmo; pero incapaces de tomar acciones realmente efectivas. Con pena, con resignación, solo contemplamos los juegos -políticos- y los escándalos de los actores políticos -y demás funcionarios públicos-. Cumplimos la función de ser justo lo que el emisor desea: simples "espectadores" de a píe. Y cumplimos nuestra misión de maravilla. Pues somos, ante estas noticias de transacciones y traiciones en altas esferas de poder, solo una masa de seres pasivos, tiesos, adormilados o desencantados; ya da igual si nos sentimos timados o indignados, si de todas formas los políticuchos hacen de las suyas; y acá el que no corre vuela. ¿Que se puede hacer?

Es notorio como gracias al las redes sociales y los medios electrónicos todos parecen ser políticamente correctos, "bien" informados, capacitados para debatir y exigir. En las redes sociales-y en nuestras mentes-nos concebimos como ciudadanos modelo, poseedores de la verdad que da la información. Pero lejos del grupo virtual, ya fuera de la virtualidad de facebook o de twitter, somos mas "realistas": sabemos que poco se va a hacer ante actos que siempre parecen quedar impunes: el que tiene el dinero tiene la justicia; y nuestros politicazos seguirán a lo suyo. Se levantaran de cualquier escándalo, se sacudirán el polvo un poco, o desaparecerán de la escena un rato, y cuando las cosas "se enfríen" seguirán gozando de los beneficios que les dan sus contactos y relaciones, por mas quemados que estén. Ahí siguen las familias de siempre, los actores políticos sempiternos. Parafraseando a Tony Montana/Al Pacino en la clásica 80´s "Scarface", en este país primero tienes el dinero, luego el poder...y después la justicia de tú lado, agregarían nuestros políticos.    

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Nietzche en el mundo geek.

La  influencia de Friedrich Nietzche en el mundo de la filosofía y las demás ciencias humanas y sociales es innegable; pero lo más seguro es que también nos hayamos topado con alguno de sus conceptos, en alguna obra de la cultura pop. Brevemente enunciaremos dos ejemplos de lo anterior; pero antes una rápida clase de filosofía nietzscheana.
Para efectos didácticos podemos dividir su filosofía en: La Transvaloración de Todos los Valores, que refiere a un cambio valorativo moral que después se extiende a los demás ámbitos (político, social, estético, etc.), en donde la forma moral fuerte del griego es sustituida por la moral débil de las religiones judía y cristiana, en una inversión vertical (lo bueno se vuelve malo y lo malo, bueno); La Voluntad de Poder, la cual es la pulsión intrínseca que posee todo lo vivo para ir más allá de sus limitaciones históricas y personales, en una manifestación de afirmación absoluta; La Muerte de Dios, que revela la falta de un fundamento existenciario en la vida humana, lo que resulta en que nada tiene valor, y al mismo tiempo, todo tiene valor; y El Superhombre, aquél que superará al hombre actual, posicionándose más allá del bien y del mal, al ser alguien creador de nuevos valores.
Dentro del gran orbe que es la cultura pop, podemos encontrar el referente nietzscheano en las siguientes obras, por si se quieren adentrar de manera más amena al pensamiento del alemán.

Video juego:Xenogears y Xenosaga: juego de Squaresoft (ahora Square-Enix) y la saga de Monolith Software, retoman mucho del pensamiento del germano, principalmente su noción de La Muerte de Dios y el Abismo Existencial que se destapa con ello. Asimismo, la búsqueda del Superhombre es una constante en los mismos, sobretodo en los tres juegos que componen Xenosaga; basta mencionar que llevan el nombre de tres de los libros del filósofo (La Voluntad de Poder, Más allá del Bien y del Mal, y Así Habló Zaratustra). Siendo el jefe final del tercer juego el mismo Zaratustra.

-Alan Moore: Uno de los más grandes escritores de comics actuales tiene mucho de Nietzsche en sus obras. Por un lado, en Killing Joke y Watchmen, Moore da una lección de realidad y del vacío existencial en boca del Joker, el Comediante, y Rorschach (el capítulo dedicado al él lleva por nombre "No mires al abismo", cita de Más allá del Bien y del Mal); quienes una y otra vez mencionan que todo lo acontecido en la realidad es por obra de la voluntad humana (cosas buenas y malas), y que no existe nada que sostenga al humano del fondo abismal cuando da cuenta de eso; el resultado de dicha revelación es: volverse loco (como Joker), ver todo como una gran broma cruel (como El Comediante) o surgir como alguien dispuesto a garabatear en un mundo donde la moral es una hoja en blanco (como Rorschach).
Por otra parte, junto con Neil Gaiman, estableció a Marvelman (Miracleman) como una especie de Superhombre, alguien que va por encima de la moral de cualquier ser humano. La historia es por demás cliché, pero es en el último momento que el superhéroe pasa a ser un superhombre; pues ya no necesita de la sanción de los demás para afirmarse así mismo en plenitud.
Así como éstos, existen muchos otros ejemplos en que la narrativa de una historia de comic, serie, videojuego o animación, se ve atravesada por la mano del filósofo alemán. Y, dada la vigencia que aún posee, lo más probable es que varios creadores lo sigan usando como referencia sus obras.