Escuchar hablar a los politiquillos, a las autoridades y sus huestes, es como escuchar ecos del fascismo, de dictaduras que debieran haber quedado en el pasado -que nos dijeron,estaban "en el pasado"-.
Menos derechos, más "vigilancia", "es por su seguridad".
El embajador gringo en México, nos da recetas infalibles en esta "guerra": fácil, aumenten los retenes, contraten más policías-al fin les pagan una mierda y es fácil que se corrompan- los abusos no nos importan,de hecho nos convienen-. Pongan un retén en cada cuadra, revisen a cada joven, a cada persona "sospechosa", acaben con la voluntad de todos, a punta de pistola y garrote, eso les dará tranquilidad. Nosotros, mientras tanto, intentaremos disminuir el consumo de estupefacientes en el glorioso E.U.-no prometemos nada, solo lo intentaremos con las campañas de siempre-. Ustedes sigan con lo mismo, así nos conviene a nosotros.
Y el gobierno mexicano, títere sempiterno de los intereses gringos, obedece como puede. Dejando cadáveres a su paso.
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