lunes, 5 de diciembre de 2011

Doble filo, doble moral.

El caso del Sr. Nepomuceno refleja el doble filo de la violencia social de Estado. Por un lado son los propios polícias federales quienes atacan y desaparecen-probablemente asesinado- al hijo de Nepomuceno; posteriormente criminalizan a la víctima para justificar su falta, y no conformes criminalizan a su otro hijo -aún vivo- como una forma de presión, además de amenazar a la familía de ya no seguir por la vía legal con la busqueda del hijo desaparecido, de callarse, de dejar de "hacer olas", o atenerse a las consecuencía. El Sr. Nepomuceno Moreno Nuñes con toda dignidad y sabedor que la razón lo acompañaba continuó con su busqueda por la justicía. Sumandose incluso al movimiento por la paz con justicía y dignidad encabezado por Javier Sicilia. Encontrando un poco de eco en otras víctimas, y en personas preocupadas por la situación del país, dado que las autoridades-de todos los niveles- hacían oídos sordos.

El "doble filo" al que me refiero es que el mismo poder público legalmente constituido, en sus premisas erróneas y en sus fallos de impartición de justicía, promueve la impunidad, genera una inercia de violencía donde la vida de tus hijos y tu seguridad "no valen nada"; donde el fenómeno del narcotrafico no es una consecuencia de diversas problematicas, sino el "único problema"-como si este hubiese surgido espontaneamente- que hay que combatir con toda violencia sin importar las victimas civiles y los abusos de autoridad. Y , cuando alguién apoyado en las leyes denuncia estos abusos, no se le escucha, no se le toma en cuenta y no se le da ninguna solución. De esta forma, otros poderes fácticos y la criminalidad-el supuesto problema que se esta combatiendo- al ver los errores-y los abusos- de "los buenos" continuá haciendo a su antojo, casi con la complicidad de las omisiones de la autoridad.

Sin darle muchas vueltas al asunto, resulta que es el mismo Estado el que escamotea y regentea conceptos como la "seguridad" -"vendiendola" cual mafiosos ofreciendo protección- y la impartición de justicía, que ahora, de facto, pasa de ser una garantía a un lujo.

Cuantos casos como el de Nepomuceno Moreno y su familia tenemos que ver, donde las víctimas de la violencia de Estado-supuestamente justificada- además de su perdida tienen que hacer frente a un terrible mecanismo legal que no les resuelve nada, y que los deja a su suerte. El mensaje es claro:el Sr. Nepomuceno fue asesinado por el mismo mecanismo de estado que asesinó a su hijo.Y el gobierno no se hace cargo; no se hace responsable¿de que sirvió que Nepomuceno hablara-por unos segundos- frente a Calderón expresandole que vivía amenazado por la polícia federal en su Estado. Si se le dejó a su suerte?

El mensaje parece ser: yo-Estado Calderonista- criminalizo, promuevo la escalada de violencía justificando lo injustificable, no escuchó las quejas ni movilizo el aparato legal-¿para que? ¿para me peguen a mi? Y dejo a su trágica suerte a los quejosos. Y lo que parece confirmar esto, es el hecho de que, a un año de que termine este sexenio, se continué con las políticas que demostraron ser fallidas desde el principio; pero eso si, repitiendo la propaganda hasta el fínal-si no, no sería propaganda-como un "capitancito" que esta dispuesto a hundirse con su barco-su discurso-. Como diciendo "ya ni se quejen; ya vieron que eso no sirve".

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