lunes, 6 de agosto de 2012

Pensando en la comida del aquel congreso médico.

"Bienvenido a la jungla" grita desaforado un borrachín. Alguién detrás rompe un envase de caguama. Todos hacemos como si no pasara nada; los ánimos se calman. La normalidad soleada, polvosa y lenta regresa. Todos aquí somos parias, pero este es territorio peligroso; estas son sus calles-no nuestras-, cada pedazo de mugre-cada mota de polvo- es reclamado.

Una señora de cabello enredado y sucio habla incongruencias-todo su cuerpo esta sucio, ahora que lo veo-.Habla acerca de una playa en Jalisco; de una conferencia médica donde había muy buena comida-¡la mejor!-;de un doctor muy alto que era su amante-. Detiene su soliloquio por que la interrumpe el estruendo de un avión-que vuela demasiado bajo; el aeropuerto esta cerca-. Ella le grita al avión, le mienta la madre. Me río un poco; nunca había visto a una vieja pelear contra un avión.

Buscando una dirección; donde dicen, dan comida -de la- que sobra en algunos restaurantes. No puede haber mejor clíma: el sol es grátis-hasta las seis-. Algo que me gusta de esta ciudad es que a todos les damos igual. Si llueve, creen que nos vamos a derretir y a escurrirnos por la coladera-como bruja del Mago de Oz-. Quisiera tener una mascota para que me defienda. No estoy tán mal; no estoy peor que tú. Es distinto; pero por lo menos no soy tú. Yo si me tomo esto en serio. Yo también puedo pensar en playas y quedarme mirando el mar; yo también puedo estar en un congreso médico donde esten sirviendo la mejor comida.

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