domingo, 14 de diciembre de 2008

Anuncio vaciado- school sucks...


En la primaria tuve a un maestro desobligado(se ausentaba mucho, ponía a algún compañero a dictarnos y se salía del salón) -y algo borrachín-(en aquellas épocas, había más profesores hombres que ahora, supongo que la gente hacía menos escandalo por abusos sexuales dentro de las escuelas).

En una de esas ocasiones en que se sintió inspirado para darnos cátedra, nos dijo que el era un chingón y que nosotros no lo aprovechábamos (?!). Nos comentó que el era especialista en varias ramas -y yo pensaba, ¿entonces que hace aquí?. A la mitad de su perorata, por fin alguna niña le preguntó: ¿Y donde estudió usted todo eso? -como diciendo: ¿entonces por que es maestrillo de primaria?- Y el respondió orgulloso: Yo soy autodidacta. A mi medio me sonaba la palabrita, pero estaba más ocupado dibujando un Mazinger Z muy detallado -lo dibujé como se veía e los créditos finales del show, con diagramas que describían su interior-. A partir de ahí, la clase giró en torno al ¨estílo de vida¨ autodidacta. -Saben niños, la escuela no les enseña todo (wow! no me diga), la escuela solo los prepara para la vida. Entonces -aprovechando la coyuntura- dejé mi dibujo de lado y le pregunté al profesor algo por el estilo de: ¿Si alguien escogiera ser autodidacta, y eligiera solo aprehender sobre lo que le interesa en vez de perder tiempo en la escuela, aprovecharía mas el tiempo? La respuesta fue: -Si, definitivamente. Y entonces le dije: ¿que hacemos perdiendo el tiempo aquí? El maestro no lo tomó nada bien y me respondió algo como: Si no quieres perder el tiempo aquí, te puedes ir. -dijo con cierto coraje-. Tomé mi mochila Samsonite, guarde mi cuaderno, y me largué de ahí. Ya estaba en la gran puerta de la escuela -que afortunadamente en ese momento nadie vigilaba, así que estaba a pasos de mi libertad- cuando el maestro-que salió tras de mi desde el aula- me llamó: ¡Hey! ¿A donde vas?- Pues a mi casa. Usted dijo que me podía ir. Me tomó del brazo y me llevó rumbo a la dirección. -Te vas a ir, pero suspendido. ¿Por que?-pregunté continuando en mi papél de listillo-
-Por irrespetuoso -contestó el con autoridad-.

Le expliqué a la secretaria toda la situación, mientras llenaba el reporte, esperando que comprendiera que yo solo obedecía ordenes; pero no. Resultó que yo era un misfit, una tuerca del sistema que no funcionaba. Que en la escuela había normas supuestamente inquebrantables, que ellos decían que uno -como niño- debía brincar, y uno debía preguntar que tan alto. Que aquí había leyes, y a la verga con esas pendejadas de ser autodidacta.

¨La escuela te prepara para la vida que también apesta¨ Ja.

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