Discursos y mucha violencía. Retorica obtusa, grosera, que no acepta cuestionamientos. El "administrador de la miseria" dando manotazos, gritoneando su eterno y abyecto soliloquio; algunos, confundidos aplauden sus burdas amenazas, sus salidas de tono. De repente, al mirar al cielo, un mensaje se hace claro: "40, 000 muertes ¿cuantas más? El "mundo al revez" que han intentado crear parece desvanecerse un poco, como una nube. La pequeña avioneta-la portadora del mensaje- surcaba libre ese cielo.
Y, son las voces de los jovenes estudiantes quienes cuestionan legitimamente una vez más.
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