lunes, 30 de julio de 2012

Batman: regreso al debate del cine y la violencia.

El pasado viernes 20 de julio quedó marcado por una infamia: James Holmes ingresó por la puerta de emergencia de una de las salas de un cine en Colorado, donde se llevaba a cabo la premier de Batman: El caballero de la noche asciende, tomó lugar en un asiento y al cabo de unos minutos de iniciada la proyección lanzó unos artefactos de gas para luego abrir fuego a los asistentes.

La noticia de que aquel hombre había asesinado a 12 personas y herido a otras 58 se difundió rápidamente en redes sociales, y la gente, incrédula, se preguntaba acerca de lo que pudo haber pasado por la mente de un joven de 24 años para cometer tal acto mostruoso, inhumano, y sin sentido.

Cine y violencia-real-.

Durante muchos años se ha discutido que el contenido de ciertas cintas que expresan situaciones violentas podrían influir en el comportamiento de la gente. Motivarla a cometer actos violentos, como si tal cosa; con la "naturalidad" con la que se cometen en la pantalla. Esto siempre ha sido una postura facilista, sin fundamento. Ya muchos psicólogos han hecho incapíe en que es poco probable que alguién no comprenda la diferencia entre realidad y lo que se ve en una pantalla. Sin embargo existe gente-la menos- que sufre  transtornos que le impiden un razonamiento adecuado; y que desencadenan una serie de acciones psicóticas.  

Sobre este caso en particular la experta sicóloga Alica Méndez señala:

“No podemos decir que las películas en sí estimulan la violencia y mucho menos Batman, que es un personaje que se dedica a combatir el crimen. Todos en cierta forma vivimos rodeados de diferentes tipos de violencia, sin embargo deben existir ciertos desequilibrios mentales para que alguien cometa un acto así.
“Su reacción fue producto de un trastorno mental. James Holmes presenta rasgos de sicopatía al no sentir culpa alguna por matar gente y sin duda alguna vive fuera de la realidad. Lo más probable es que esta persona haya estado obsesionado desde chico con los cómics y las películas de Batman y por lo mismo haya hecho suyo el personaje de El Guasón”.
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El sociólogo Roberto Bermúdez coincidió y comentó que el cine es una expresión artística y cultural que difícilmente se podría ver como un estimulador de violencia. Para el también catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la respuesta de Holmes tuvo que ver con una descomposición social, producto de una cultura de individualismo y de la poca regulación de la venta de armas en Estados Unidos.

“Echarle la culpa al cine en sí me parece exagerado. Siempre han existido películas de violencia y de crímenes, pero eso no provoca que la gente lo imite y salga a matar. Si nos ponemos estrictos, hasta las películas infantiles tienen un toque de violencia, como el caso de Blancanieves y los siete enanos, en el que existe un intento de asesinato.” El cine no es el verdadero problema.
Todo radica en una sociedad en descomposición extremadamente individualista, en la que los jóvenes no tienen una orientación y por lo mismo no tienen una identidad definida, que puede provocar un estallido sicótico y la pérdida de la realidad.
A eso se le suma la poca regulación que existe en cuanto a la venta de armas en Estados Unidos”, externó Bermúdez.

James Holmes, retrato de un asesino.

Luego de su detención, se supo que James Holmes era un ex estudiante destacado del doctorado de Neurociencias de la Universidad de Colorado y que en el inmueble en el que vivía había 30 granadas caseras y 40 litros de gasolina. Según lo publicado por medios como CNN, la intención del joven era que cuando alguien entrara a su departamento, éste explotara.
“Nada tiene que ver el nivel educativo o cultural con el trastorno mental, sin embargo, en sicología existe una teoría, ya no muy sostenible, que decía que la sicosis se relacionaba con gente muy inteligente y culta debido al proceso de elaboración mental.
“Holmes sabía que la policía iba a ir a su casa y por eso puso algunas bombas en su departamento para que explotaran. Este hombre muestra rasgos de inteligencia, sin embargo, hay en él un severo trastorno mental”, acotó la terapeuta Alicia Méndez.
Holmes está detenido desde el viernes pasado sin derecho a fianza. Enfrenta cargos como homicidio premeditado, ataque agravado y violación a la ley de armas.
Este lunes fue presentado por primera vez ante un juez de Distrito y el próximo lunes tendrá que comparecer nuevamente ante la corte.
Como dato curioso cabe citar que Holmes admiraba a Ted Kaczynski, el infame Unabomber,  un matemático que llegó a dar clases en Harvard y que se alejó de la sociedad para irse a vivir en una pequeña cabaña en el bosque; donde se dedicaba a escribir largos, elaborados y cansinos manifiestos y a fabricar bombas caseras que enviaba a víctimas seleccionadas. Esto sería una perniciosa influencia, mas clara y real para el perpetrador de la masacre del cine-el terrible fenómeno del copycat.

No es dificil  ver por que Holmes se identificaba con el personaje de The Jocker-El Guasón-, un terrorista amoral, sin remordimientos; el psicópata por autonomasia en el universo de los comics.
Mucho se hablará al respecto, se condenará a la cultura pop-una vez más-, a los comics, a las series de televisión, al cine-y si se pudiera, y este estuviera de moda, acusarían al Heavy Metal-; pero al final muy poco se sabrá acerca de la madeja de ideas psicóticas que se incubaron en la cabeza de el asesino Holmes.

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