martes, 24 de agosto de 2010

Nino Canun.


Con un nombre así, te tocaba ser una celebridad.
¿Y que tal los gimmicks del buen Nino? Yo si extraño a gente así en la pantalla: cero pretensiones, el hombre solo era un medio para la información, y el entretenimiento -a veces involuntario-.

De entrada el toque maestro del concepto era dar plena participación al público, y desde el mismo titulo del programa se nos hacía participes: "¿Y usted que opina?"
Por eso se suponía un programa debate, con derecho de replica y toda la cosa.

Y con emisiones tan divertidas y delirantes como:

¿Que tal los maratónicos programas sobre OVNIS que nos recetaban? Si no quedábamos como el agente Fox Mulder de loco y confundido, o alucinado como el mismísimo Maussan después de estas acaloradas sesiones, merecíamos el descanso de pensar: "después de todo solo es televisión-¿o no?".

Programas tan intrigantes como el que tenía de tema central e integra a los OVNIS; muchos OVNIS, información actualizada, y de primera mano acerca del mundo de la Ufología y sus avances y eventos, con Jaime Maussan en pleno, con sus vídeos y sus alucines. El toque de incluir en la mesa de discusión al grupo de los "Escépticos" coronó el concepto televisivo.

Pero no solo del tema de OVNIS vive el hombre: también el tema sobre-natural, y en especifico el de los fantasmas o espíritus chocarreros abarcaban sempiternos encuentros, -no olvidar que de ahí surgió ese engendro auto denominado como "cazafantasma", el higadito y "naquete" ese de Carlo Trejo, y su celebrada aunque truculenta saga de "Cañitas"-.

Otra cosa que recuerdo, eran los sosos e infructuosos programas especiales dedicados al Rock mexicano. Con la intervención de "panelistas"-que gran termino, que buena forma de autoridad se entrega al ser denominado como panelista, casi un experto- de lo más representativo del Rock mexica. Aún recuerdo un agarrón frente a las cámaras, entre los viejos "ruqueros" de suétercitos y ñoñería kitsch contra las nuevas hordas de insufribles rockstars a la mexicana, en pleno "divismo".

En fín, nostalgia por la verdadera televisión psicotónica.

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