La
criminalización de las drogas no sólo produce más daños que las
drogas por sí mismas —debido al encarcelamiento y la
estigmatización de muchos usuarios— sino que además obstaculiza
la investigación sobre sustancias que podría tener potenciales usos
médicos y científicos.
Tal
fue una de las conclusiones de los académicos asistentes al segundo
día de actividades del Foro Internacional sobre Políticas de
Regulación del Consumo de Drogas, que se realizará hasta el 27 de
abril en el Antiguo Colegio de Medicina, organizado por la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Amanda
Feilding, directora de la Fundación Beckley, con sede en Reino
Unido, subrayó que la mariguana, una de las drogas ilegales más
utilizadas en el mundo entero, tiene propiedades terapéuticas como
ansiolítico, anticancerígeno, analgésico e incluso como método de
prevención de la diabetes.
Sin
embargo, a pesar de sus múltiples cualidades y de ser mucho menos
dañina que sustancias legales como el alcohol y el tabaco, sigue
aplicándose una visión punitiva contra sus usuarios, quienes muchas
veces resultan más afectados por las penas de cárcel en su contra
que por la mariguana misma.
Por
ello, la activista llamó a descriminalizar su posesión y consumo, y
someterla a un riguroso control de las autoridades. “Ya es momento
de romper el tabú, y así acabar con la violencia en los países de
tránsito, porque el apetito de drogas de los países consumidores no
se va a acabar. Es urgente cambiar de política, y que las drogas
sean controladas por las instituciones, y no por los cárteles”.
Oscar
Próspero García, investigador del departamento de fisiología de la
Facultad de Medicina de la UNAM, señaló por su parte que la planta
de cannabis
tiene un potencial médico que se estaría desaprovechando por
aplicar a rajatabla criterios prohibicionistas.
Al
explicar los mecanismos por los cuales un usuario puede caer en la
adicción a la mariguana, el especialista señaló que prácticamente
todas las zonas del cerebro tienen receptores a ella, es decir,
sustancias con un efecto similar que el cuerpo produce de forma
natural, lo que estimula las funciones de recompensa y placer, y
refuerza el consumo.
Aunque
el 40 por ciento de la posibilidad de volverse adicto depende de las
características genéticas de cada individuo, agregó, la falta de
atención por parte de los padres también puede facilitar el consumo
desmedido de esta y otras sustancias, de acuerdo con estudios
científicos, agregó.
Diana
Nava, integrante del capítulo México de la asociación Students for
a Sensible Drug Policy, indicó que el tema del consumo de mariguana
y otras drogas no debe ser abordado desde una perspectiva moralista,
sino a partir de datos objetivos y científicos, ya que los
prejuicios y la desinformación no permiten valorar todas las aristas
del fenómeno, ni apreciar las múltiples cualidades de la cannabis,
más allá de su simple uso recreativo.
Robin
Room, investigador de la Universidad de Melbourne, enfatizó que el
alcohol y el tabaco son mucho más dañinos que otras sustancias, y
consideró que si las drogas se legalizan, debe ser bajo férreo
control del Estado, con tratamientos de rehabilitación y sin
injerencia del libre mercado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario