domingo, 3 de agosto de 2008

Mal Gusto.


A proposito de la infame película "Proyecto:Alf", una amiga me comentó que no le gustaba para nada Alf, y que se le hacía difícil comprender mi “obsesión” por “mi melmakiano favorito”; que entendía lo de mi fijación con los Munsters o con Hechizada, pues “eran buenas series”, pero que ella pasaba totalmente de la seríe del extraterrestre. Traté de indagar el por que de esta repulsión, y finalmente logró explicarme, que para ella, Alf era un producto de “mal gusto”. ¿Y saben que? Tiene razón. Tal vez por eso me simpatiza el personaje.

De entrada todo lo que tenga que ver con “peluches” es de un mal gusto indiscutible; ¿nunca han tenido esa sensación de que algo les revuelve el estomago al entrar a la habitación de alguna chica cuya cama o librero ostentan una nutrida colección de “peluches”? Algunos muy viejos y ya sin ojos, otros más recientes pero que invaden la cama. He visto casos patológicos de esto: una cama con 20 o 30 personajes de peluche (o algún nauseabundo “elfo” en la esquina). ¿Cómo pueden dormir ahí?

Las chicas también pueden ser muy “frikis”,pero a ellas nadie les dice nada,de
hecho ellas mismas rara vez tienen conciencia de esto; pero eso si, si uno tiene juguetes de Star Wars o de Robotech, o sí vez películas de terror y lees comics, ya eres un completo freak sin remedio ni esperanza alguna de adaptación social!

Esto del “mal gusto” es algo que difiere de una cultura a otra, de hecho difiere de una persona a otra, si no, no andaríamos por la vida llamando nacos a los demás.
Así que lo que sigue son opiniones meramente subjetivas de lo que a mi (personalmente) me parece de mal gusto:

- Contar chistes: No se, a menos que te hagas llamar Polo Polo, cuando estoy en una reunión y alguien se pone a “contar chistes” como formula social, no puedo evitar sentir cierta incomodidad, más cuando se transforma en algo “interactivo”, donde a ti te cuentan un presunto “buen chiste” y tu debes corresponder contando alguno que te sepas, aunque la mayoría de las veces se ejecute sin gracia alguna. Puede que parezca un amargado, pero, es que... lo siento, no puedo evitar sentir “ñañaras” (Polivoces dixit) de pensar que te tienes que reír o fingir divertimento (por que ya a estas alturas todos los chistes suenan conocidos) para no hacer sentir mal al comediante en turno.

-Que alguién te hable de religión intentando hacer proselitismo.

-Que a alguién le digan "panista" por no creer a ciegas todo lo que dice "el peje". O que te digan perredista por atreverte a criticar a los "cerrados" panistas.

-Los anuncios antes de los "trailers" en el cine. Pagué para ver una película, no sus pinches anuncios piteros.

- El pastel de cumpleaños y las mañanitas: El pastel siempre me ha parecido empalagoso, y aceptémoslo, combinarlo con Coca(cola), ocasiona unos espasmos estomacales nada festivos. El colmo es cuando después de cantar “las mañanitas”, a algún “ingenioso” se le ocurre decretar “la mordida”; si de por sí, las combinaciones de merengue, con pan y pedazos de frutas semi-congeladas como el durazno y el kiwi no me parecen del todo tentadoras, la idea de que alguien embarró su cara ahí, termina por revolverme el estomago. Y las famosas mañanitas, a veces acompañadas con la voz de Pedro Infante, otras con la ultra-kitsch versión de Cepillín ya deberían extinguirse. Son una oda al mal gustó y a la perpetuación de la “incomodidad” en situaciones sociales. ¿Que tal cuando puedes escuchar tu propia voz por encima de las demás entonando la consabida letra? Es como regresar a los peores momentos de la infancia, cuando tenías por ley que ejecutar el himno nacional o el juramento a la bandera.

-A esto se poodría añadir "hechar porras" al estílo de "chikiti boom..." a la menor provocación.

- Que en los restaurantes ya no sean capaces de ofrecerte un simple vaso de agua: como ahora el agua se vende embotellada, si solicitas un vaso de agua te lo niegan; tienes que comprar la botellita. Señalo el problema por que mi padre debe tomar pastillas justo antes de comer. Y al solicitar siempre un vaso con agua, los meseros ya no encuentran que absurdas excusas dar. El siempre argumenta: "el agua no se le niega a nadie, menos a un cliente". Comprendo que eso de las ganancias es de suma importancia, pero un puto vaso de agua! A un amigo le dijeron “si quieres te traigo agua, pero de la llave” Pinches ojetes.

- Que te pregunten ¿y a que equipo (de fútbol soccer) le vas? ¿Qué esperan que diga, que a las chivas? Y si respondes que no estas especialmente interesado en el mediocre e "inflado" fútbol nacional, casi te dicen que eres una nulidad como ser humano. ¿Qué tal si yo voy preguntando por la vida, a cada quién, que a que equipo de Hockey le van?

- Que Chespirito diga que es mejor que Chaplin, que Cantinflas y que Tin- Tan juntos.

- Que en los centros comerciales no entiendan que “un cliente es un cliente", aunque no compre nada en ese momento.

- Los “quince años”: (se que este ejemplo es un cliché, pero me arriesgaré a exponer mi punto) Esta muy bien que la gente celebre lo que sea como se le de la gana, y los “ritos de iniciación” son tan necesarios hoy en día como lo han sido durante siglos, pero es que no puede haber un desfile del mal gusto tan abrumador para los sentidos. Los vestidos, el vals, las coreografías, los “chambelanes”, el “sonido”, la misa, los discursos moralistas, los meseros palurdos que te exigen propina auque ya “todo este pagado”, o no se hayan dignado a atenderte medianamente bien, etc.

En los últimos “quince” a los que fui, ante una ingenua solicitud de parte mia, una mesera me hizó la observación de que beber cerveza en estos eventos “era naco” (no lo dijo con esas palabras, pero lo dio a entender)Digo,¿más naco que bailar "Tiempo de Vals" de Chayanne? Y yo con una sed tremenda a causa del calor del lugar (eso sí, aunque la fiesta sea en Poza Rica o en Hermosillo, debes de usar traje); pero te puedes atascar de “cubas” de bacardí blanco horrible, el colmo de la ironía.

- Lo “gay”: Si, las tendencias “homo eróticas” son de mal gusto,y me vale que me tachen de homo fóbico, pues no lo soy, ya que no odio a la gente homosexual, no me interesa lo que la gente haga en su vida privada, ni el como enfoque su sexualidad; pero a la vez, me es inevitable sentir cierta incomodidad, no se, al ver a dos tipos muy acaramelados por la glorieta insurgentes, o de plano “atascandose” entre ellos (yugh!) Dicha “repulsión” es un componente natural en un hombre heterosexual, ni uno es peor que Hitler, ni un “intolerante” por reaccionar así; digo, tampoco voy por la vida apaleando jotitos ni nada. Y la "teoría de señora” de que estas reacciones obedecen a una “homosexualidad latente o reprimida” son francamente simplistas. Lo “gay” es de mal gusto por lo exagerado y ridiculo que conlleva (me refiero a las "locas", pues hay homosexueles muy discretos que sabén de etiqueta social). Y no por que nos vengan con el falaz discurso de que vivimos tiempos más tolerantes, se debe aplaudir o celebrar lo grotesco. Tampoco es una cuestión moralista ¿pero díganme si ver a un hombre adulto comportarse como una niña de quince años no es, por lo menos, inadecuado? Para eso hay bares gay (como el de Loca Academia de Policía), para que den rienda suelta a sus poses de diva francesa sin afectar a nadie fuera de su circulo.

Tampoco la pinche gente es tán “open mind” como dice ser, ni la sociedad es tan "abierta", ni tan políticamente correcta, al presuntamente, “respetar la homosexualidad”, pero pidiendo “mano dura” contra todo aquel que sea o actué diferente; ya no seamos tan hipócritas.

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