lunes, 11 de agosto de 2008

Violencia y poder.

Es muy fácil gritar y demandar mayor “castigo” a los criminales y a los secuestradores; de hecho es lo más fácil.

En un país de tantos contrastes sociales tuvo que ser el cruel homicidio de un niño, cuyos padres detentan no solo mucho poder económico, sino influencia política, para que de nuevo “todas” las voces exigieran justicia. Justicia que no hay desde hace mucho tiempo para nadie, ni para ricos ni para pobres; justicia que la estructura política del país ha sido incapaz de ofrecer.

Las cúpulas de politicuchos siempre están más ocupados en sus luchas internas y en sus pugnas entre partidos, pues el negocio es lucrativo. Y la población al garete; que se arreglen como puedan.

Los resultados: la gente cansada de ser ignorados y azuzados con el miedo exige sangre.

El gobierno no frena la violencia, como es su responsabilidad, la promueve y la incita. El gobierno de Calderón promueve una cultura de la guerra, nos dice con su ineptitud: “o matas o te matan”; fascismo puro. Esto tendrá consecuencias a corto y largo plazo, de entrada una descomposición social terrible. “Que la gente se mate entre sí, con sed de venganza no es mi problema, yo hago mis negocios” parece decir este gobierno con sus acciones y sus omisiones.

Con miedo es más fácil que alguien ceda o soslaye otros problemas, con miedo es más fácil controlar y enjuiciar, es más fácil seguir “jugando” con el poder, eliminar o desprestigiar al adversario político, fingir que no “hay más opción” que la que el gobierno sugiera.

¿Más poder a los corruptos y viciados policías para que realicen sus tropelías y sus abusos? Cada vez más embebidos de soberbía, al grado de evidenciarse sin pudor como la verdadera mafía que son.

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